Con ocasión de diferentes publicaciones aparecidas en medios de prensa regional que dan cuenta de una política indiscriminada de caza de guanacos en isla Tierra del Fuego por parte del Servicio Agrícola y Ganadero, el Director Regional del SAG, Gerardo Otzen, señaló que se hace un deber informar responsablemente a la comunidad acerca de la materia en cuestión y corregir todas aquellas versiones que confunden a la comunidad y que, por cierto, no representan la política ni voluntad de este servicio.
Cuando hablamos de la población de guanacos de Tierra del Fuego, lo primero que debemos reconocer es que nos referimos a un proyecto de conservación y manejo de fauna silvestre extraordinariamente exitoso, que tanto su gestación, ejecución y resultados no han sido obra de la improvisación, sino que responden al trabajo visionario, perseverante y planificado del Ministerio de Agricultura, a través de sus Servicios CONAF y SAG, en estrecha colaboración con el sector productor local, quienes vienen protegiendo y estudiando a esta población por más de 35 años a la fecha.
La responsabilidad inicial y urgente del Ministerio fue recuperar la población de guanacos, la que se encontraba drásticamente reducida en sus parámetros poblacionales a mediados de los años 70, y que de continuar su tendencia se exponía al riesgo de extinción. El proyecto implementado significó iniciar el estudio sistemático de la biología y ecología de la especie, paralelamente, se implementó un proyecto de protección en el sur de la isla, en la entonces Soc. Agrícola de Reforma Agraria Cameron (200 mil hectáreas), lo cual significó presencia permanente de un cuerpo de 5 guardafaunas. Otzen manifestó que, como resultado de lo anterior, hoy la población de guanacos en esta área se ha incrementado 8 veces su tamaño, pasando de una población estimada de 5.372 a 40.548 en el 2012.
Si uno observa lo que sucede en el resto de la isla Tierra del Fuego chilena, podemos señalar que la población estimada de guanacos para el 2012 asciende a 193.116 individuos.
El seguimiento y estudios posteriores de la población, destacando los trabajos hechos por científicos de la Universidad de Concepción, entregan una sólida base sobre la que se ha sustentado el otorgamiento regulado de cuotas de extracción en Tierra del Fuego. Adicionalmente, a partir del año 2003, y en el marco de la normativa vigente, en el área se han autorizado cuotas de caza con fines de aprovechamiento sustentables, las que han fluctuado entre 1700 y 3500 animales al año, representando un valor medio para la isla de 1,8% del tamaño de la población. Este uso del recurso ha permitido que la carne de guanaco constituya una alternativa culinaria para nuestra región y jamás se ha utilizado como alimento para mascotas como se señaló.
Sobre el particular, Otzen aclara enfáticamente que la cifra de 15.000 guanacos a cazar por año, no es efectiva y no está considerada técnicamente en nuestros análisis. Las cuotas de extracción aplicadas a la fecha han sido discretas y seguirán en ese tenor, garantizando el bienestar de la población y su conservación.
Consistentemente, lo que hoy visualiza el SAG, y que es la convicción que deseamos transmitir a la comunidad, es un logro que nos llena de orgullo como institución, región y país. Definitivamente el énfasis está en la oportunidad y No en el problema. El desafío concreto de hoy es consolidar el manejo sostenible de la especie, en un balance sinérgico y diversificado con la actividad ganadera y forestal tradicional, previniendo así densidades poblacionales que atenten contra la conservación de los recursos primarios, el crecimiento de los bosques nativos de lenga, la productividad agropecuaria y la misma conservación y bienestar del guanaco.
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